Los ministros de Asuntos Exteriores de los veintisiete países que integran la Unión Europea (UE) acordaron este lunes dar inicio a una nueva misión militar, con fuerzas marítimas, aéreas y espaciales, para hacer cumplir el embargo de armas decretado por las Naciones Unidas contra Libia. Los líderes de la UE esperan contribuir a la pacificación del país y evitar que se repita lo ocurrido en Siria, que derivó en un éxodo masivo de refugiados hacia Europa.
Esta nueva misión pone fin a meses de pasividad de la Unión que vio evolucionar el conflicto sin tomar cartas en el asunto. Con la presencia de barcos europeos en el este de la costa libia, la UE busca evitar que continúe el suministro de armas que alimenta el enfrentamiento entre el gobierno de Trípoli, encabezado por Fayed el Serraj, reconocido por Naciones Unidas y apoyado por Turquía, y las fuerzas del general Jalifa Hafter, que con el apoyo de Rusia buscan hacerse con el poder desde el este del país.
Además de controlar el cumplimiento del embargo, las fuerzas europeas lucharán contra las redes de tráfico de migrantes y reanudarán los programas de formación de las fuerzas de control fronterizo del país africano.
La reanudación de la participación europea en el conflicto libio está motivada por la necesidad de reafirmar el poder de la Unión en el Mediterráneo y de controlar el avance de Rusia en “el patio trasero” europeo.