Las inclemencias de la naturaleza parecen no dar respiro a América del Norte, y ponen a prueba la gestión de emergencias de sus gobiernos, el estado de su infraestructura y los sistemas de asistencia a los sectores más vulnerables de la población. Ya se han registrado fallecidos y los destrozos son considerables.
En el sur de México, un poderoso terremoto de 8,2 grados sacudió este viernes la región, dejando un saldo de al menos 32 muertos, en lo que fue calificado como el mayor sismo registrado en los últimos cien años en el país azteca. El estado de Oaxaca, en el sur, fue uno de los más afectados, al igual que el vecino estado de Chiapas, en cuya costa fue el epicentro.
Por otro lado, el huracán Irma –actualmente en categoría 4- avanza con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora, en un recorrido mortal por el Caribe, y en dirección a Cuba y Florida (EE.UU.). En su paso por el Caribe, Irma dejó en total 12 personas fallecidas: dos en Puerto Rico, cuatro en las Islas Vírgenes estadounidenses, una en Barbuda y otras cinco en la isla de Saint Martin.
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