El gravísimo error humano que le costó la vida a 176 personas que viajaban en el vuelo de Ukraine International Airlines, ha sumergido al gobierno iraní y al mismísimo Ayatola Alí Khamenei en una crisis de legitimidad muy profunda. La indignación hacia Trump de la sociedad iraní que había generado el asesinato de Soleimani se ha transformado en un grito de bronca hacia adentro.
Podemos decir entonces que en pocos días el gobierno iraní despilfarró el resurgir patriótico que había generado el asesinato de Soleimani y que hizo que gran parte de la sociedad iraní dejara de lado las fuertes críticas al régimen por la falta de libertades y la situación económica. Eso fue reemplazado por intensas protestas antigubernamentales. Ahora se abrió una importante brecha en la imagen de unidad nacional que el régimen había tratado de dar en su enfrentamiento con Estados Unidos por el asesinato del Soleimani, líder de la Guardia Revolucionaria, el mismo grupo que fue el responsable de lanzar el misil contra el aparato siniestrado. Ahora, la gente acusa a las autoridades de la República Islámica de “mentirosas” por manipular y ocultar la información sobre el hecho y de no admitir rápidamente su responsabilidad por el derribo del avión. Por eso le pidieron sus renuncias.
Recordemos que durante los primeros días, Teherán sostuvo que el avión cayó por un fallo técnico, si bien la aparición de información de inteligencia y vídeos en las redes sociales demostraban la hipótesis del derribo. Eso forzó a las autoridades a admitir que, debido a un “error humano”, se lanzó un misil tierra-aire contra lo que se consideró un ataque enemigo en lugar de un vuelo civil. Las protestas que se están registrando en estos días están lideradas por estudiantes universitarios de clase media y alta. Durante dos días consecutivos se han manifestado contra las autoridades debido al derribo del avión y la muerte de todos sus ocupantes, la mayoría ciudadanos de Irán y Canadá (si bien buena parte de estos también de origen iraní).
Trump no tardó nada en empezar a sacar provecho de esta situación que ni él ni nadie planificó. Se entiende su apuro:este erroriraní le es muy funcional en su embestida contra el régimen que empezó apenas piso la Casa Blanca en 2017. Le sirve para seguir cuestionando la credibilidad de Teherán y denunciar un comportamiento inaceptable por toda la comunidad internacional: el derribo de un vuelo comercial y la posterior negación de los hechos durante dos días. El presidente estadounidense también intentó profundizar desde afuera la brecha entre la sociedad y el régimen iraní. Para escribió un tuit en persa que tuvo un record de réplicas. “A los líderes de Irán: no maten a sus manifestantes. Miles de ellos han sido ya asesinados o encarcelados por ustedes y el mundo les mira. Más importante aún: Estados Unidos les mira. Devuelvan Internet y deje que los periodistas se muevan con libertad. ¡Dejen de matar a su maravilloso pueblo iraní!”.
Los medios de comunicación que no son controlados por el gobierno iraní informaron de protestas en media docena de universidades de Teherán y en otros lugares. En los vídeos que se viralizaron a través de las redes sociales se ve a decenas de personas cantando eslóganes como “¡Abajo la dictadura!”, “¡Guardianes [de la Revolución] incompetentes!” y “¡Asesinos de gente!”. Para quienes protestan en las calles, este hecho reafirma lo que ellos vienen denunciando hace tiempo: la ineficacia del sistema de gobierno iraní. Un sistema cuya única respuesta a cualquier crisis parece ser la represión. Recuerdan que las protestas de mitad de año por la subida del precio de los combustibles fueron duramente reprimidas por orden de la Guardia Revolucionaria. Amnistía Internacional estima que en esa oportunidad hubo más de 300 muertos.
Si bien la mayoría de los analistas no creen que las protestas escalen, no es un buen momento para que el régimen iraní tenga que enfrentarse a su propio pueblo. Recordemos que viene de sufrir un golpe durísimo con el asesinato de una de las personas más importantes en su estructura de poder político y militar.