Diciembre parecía que iba a darle al Mercosur un ansiado logro: sellar su acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. La cumbre de la Organización Mundial del Comercio realizada en Buenos Aires era el terreno ideal para el anuncio, que sin embargo no llegó. Si bien la negociación está avanzada, no termina de concretarse: dos países clave del bloque, Francia y Alemania, plantean serios reparos por las consecuencias que este acuerdo pueda tener sobre sus productos, principalmente los agrícolas.
En el norte de América Latina, México persigue el mismo objetivo, pero con una ventaja: en 2000 ambas partes cerraron un acuerdo vinculado a la reducción de aranceles de productos industriales. Sin embargo, hoy, cuando México quiere extender este acuerdo a los productos agrícolas, lógicamente, encuentra los mismos impedimentos que encontró el bloque del sur históricamente. Será difícil convencer a los productores de los grandes países agrícolas europeos de que el nuevo escenario post acuerdo será más ventajoso que el actual. Por la positiva, temas como la propiedad intelectual, empresas propiedad del Estado, subsidios, comercio de servicios, inversión, mejoras en el proceso de solución de diferencias comerciales y la denominación de origen parecen estar resueltos.
A pesar de estas dificultades vinculadas al ámbito agrícola, autoridades mexicanas se muestran muy confiadas en definir la cuestión durante la nueva ronda de negociaciones que tendrá lugar desde el 5 de febrero. Según el subsecretario de Comercio Exterior del gobierno de Enrique Peña Nieto, Juan Carlos Baker, “hubo avances muy positivos” en la ronda de reuniones que finalizó ayer y hay mucha expectativa para limar las cuestiones conflictivas en la próxima.
Por su parte, la UE, puso el foco en la liberalización del tráfico aéreo con el país de América del Norte. En una estrategia que viene implementando desde hace tiempo, y que ya incluye a países como Israel, Suiza y Estados Unidos, el bloque ve una gran oportunidad de negocio. El acuerdo de libre aviación permitirá a México tener vuelos directos a los 28 países, y a estos volar sin escalas a México. Esto, creen, impactará muy fuertemente en el turismo y, por ende, en la economía de ambas partes.
El Mercosur deberá seguir de cerca la resolución de esta negociación, que sin duda será un marco de referencia para el anhelado acuerdo con el bloque de los Veintiocho.
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