El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia confirmó que alrededor de 9.000 soldados rusos serán desplegados en el país en el marco de un proyecto de carácter defensivo. La comunidad internacional ha instado al presidente bielorruso a desistir de la cooperación con Moscú. En los últimos días ya arribaron los primeros trenes con tropas rusas así como también algunos de los aviones que serán parte de las actividades conjuntas.
La semana pasada, Lukashenko anunció la creación de la agrupación militar regional. Además, el líder bielorruso acusó a Ucrania de planificar ataques contra el territorio de Bielorrusia. De acuerdo con Minsk, la decisión de activar este mecanismo entre ambos países apunta a fortalecer la protección de la frontera ucraniana ante el aumento de las tensiones derivadas de la invasión. A su vez, se ha subrayado que los ejercicios militares son puramente defensivos.
En este contexto, Jens Stoltenberg pidió al Gobierno de Lukashenko que cese su apoyo a la operación militar especial de Rusia en Ucrania. El secretario general de la OTAN respaldó así las denuncias de Kiev respecto de la complicidad de Bielorrusia en la campaña militar que lidera el Kremlin. En los últimos días, el presidente ucraniano Zelensky solicitó a los miembros del G7 el establecimiento de una misión internacional observadora para monitorear la situación en la frontera entre su país y Bielorrusia.
Aunque las fuerzas bielorrusas no se han involucrado directamente en el conflicto, Minsk sí cedió territorio al ejército ruso en el marco del inicio de la invasión en febrero pasado. El ejército de Bielorrusia es relativamente reducido y en gran medida inexperimentado, por los que Lukashenko podría negociar el mantenimiento de las armas nucleares rusas en su territorio y la participación en la agrupación conjunta a cambio de no participar en los combates al otro lado de la frontera con Ucrania.