El presidente francés Emmanuel Macron anunció la suspensión por seis meses del alza de la fiscalidad sobre el carburante y las tarifas de gas y electricidad, en un intento de calmar las violentas protestas de los “chalecos amarillos”, la agrupación de clase media enfurecida por las medidas para impulsar la transición ecológica que afectan sus bolsillos.
La meta del Gobierno era frenar la manifestación en París del próximo sábado, pero todo indica que no lo ha logrado. Los rebeldes han decidido continuar con las medidas de fuerza y consideraron las decisiones como “burlarse de los franceses” para “reinstalar la tasa dentro de seis meses”, según uno de sus voceros.
Tres medidas fiscales debían entrar en vigor el 1 de enero próximo: el alza de la tasa carbono sobre la nafta, el aceite y el diésel; la convergencia de los impuestos del gasoil sobre la nafta, y el alineamiento de la fiscalidad del gasoil para los profesionales con aquella que es aplicada a los particulares. Esas medidas fueron aplazadas, pero el malestar y la violencia siguen a flor de piel.
Con información de: The Guardian.