Las crisis políticas y la deslegitimación de los liderazgos no son solo latinoamericanos. Dos presidentes de países centrales como Emanuel Macron y Donald Trump están atravesando serios problemas que de no resolverlos de manera rápida y correctamente pueden hacer del mundo un lugar aún más inestable de lo que ya es.
Francia está hoy paralizada por una huelga en el transporte ferroviario y por masivas movilizaciones, las más grandes de los últimos años. Si bien se desencadenaron en protesta de la reforma de las pensiones que quiere llevar a adelante Macron, muchos analistas consideran que hay algo más profundo: un hartazgo general con el presidente francés. El gobierno ya sabe que la huelga durará varios días.
Este situación en Francia al igual que las protestas masivas en Hong Kong pidiéndole al gobierno central chino más libertades y las protestas masivas y violentas que se dan en Chile y en Iraq, por dar solo algunos ejemplos, tienen algo en común: demuestran que las demandas políticas, económicas y de ampliación de derechos de amplios sectores de las sociedades no pueden ser atendidas por quienes tienen el poder político.
Para Macron es un golpe político durísimo ya que justamente en estos días, en el marco de la cumbre de la OTAN en Londres, esta intentando consolidarse como el líder europeo para abordar los grandes desafíos que tanto la OTAN como la Unión Europea tienen por delante, sobre todo la relación con China y con el impredecible Trump. También con Rusia.
Una de las grandes falencias que tiene la política mundial y que explica este “desorden” global es la falta de liderazgos fuertes, sobre todo en los países democráticos. Con Angela Merkel en retirada, Macron aparece como la persona indicada para ocupar ese rol. Pero todo se le podría escurrir de las manos si no puede controlar su agenda local.
Por su parte Trump, quien siempre tiene varios frentes abiertos, también tiene problemas internos. Falta muy poco para transformarse en el cuarto presidente estadounidense al que se le pone en marcha un proceso de impeachment.
Hoy, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que había pruebas suficientes para acusarlo de haber abusado de su poder cuando condicionó una ayuda económica a Ucrania a que el presidente de ese país logre que la justicia de Ucrania investigue a su rival político, Joe Biden, y a su hijo Hunter, que trabajó en una empresa de gas.
Así las cosas, Trump seguramente tendrá que encarar su campaña electoral en busca de su reelección en medio del proceso de juzgamiento en la Cámara de Senadores. Se trata de una situación grave que seguramente condicionará las políticas internas y externas de la principal potencia mundial. Estaremos en presencia de un Trump recargado, y eso puede ser peligroso para todos.
En definitiva, todas estas crisis que están atravesando el mundo de punta a punta tienen a los líderes muy ocupados en sus asuntos internos. Esto deja poco margen para buscar acuerdos para tratar de resolver los grandes problemas globales como las cuestiones comerciales, medioambientales y militares. Todas cuestiones que no pueden esperar.