Pekín y Rabat firmaron un acuerdo de cooperación comercial. De este modo, China no sólo será el principal socio comercial y constructor de infraestructura de Argelia, sino que ahora extenderá a Marruecos su nueva Ruta de la Seda. Mientras tanto, un activista de la minoría uigur actualmente se encuentra preso en territorio marroquí y pendiente de extradición.
El acuerdo fue suscrito por videoconferencia entre el ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, Naser Brutia, y el vicepresidente de la Comisión para la Reforma y el Desarrollo Nacional chino, Ning Jizhe. Su firma se deriva del encuentro que mantuvieron el rey marroquí, Mohamed VI, con Xi Jinping en mayo de 2016, luego del cual Rabat firmó un memorando de entendimiento.
Dado que el MoU no se tradujo en inversiones ni préstamos chinos para Marruecos, el nuevo pacto pretende dar impulso a proyectos que se estancaron en los últimos años, como la Ciudad Mohamed VI Tanger Tech, un polo industrial de 200 hectáreas destinado a empresas chinas. Además, Rabat pretende extender la línea de tren de alta velocidad, que actualmente conecta Casablanca y Tánger, hasta Marrakech. Por su parte, China está particularmente interesada en la construcción de una terminal de Gas Licuado Natural. Para ello, Marruecos necesariamente deberá recurrir a créditos de entidades chinas.
El ministro Burita declaró que el convenio promueve el acceso a la financiación china en el marco de la nueva Ruta de la Seda para los proyectos de gran envergadura que planea el Gobierno marroquí. En la misma línea se expresó Ning, quien afirmó que este momento marca una nueva era en la cooperación entre ambos países.
Asimismo, cabe considerar que el entendimiento entre Pekín y Rabat trasciende los negocios y afecta a los derechos humanos. En julio de 2021 fue detenido en Casablanca el activista chino Idriss Hassan, perteneciente a la minoría uigur. El Gobierno chino lo acusa de pertenecer a una organización terrorista que Hassan afirma desconocer. En diciembre pasado, el Tribunal de Apelación de Rabat falló a favor de la extradición de Hassan, cuyo futuro ahora está en manos del Ejecutivo. El equipo de defensores de Hassan considera que sólo la presión internacional podrá influir en la decisión de Marruecos.