Min Aung Hlaing, jefe de las Fuerzas Armadas de Birmania, aseguró que “no hay pruebas” de que la comunidad rohingya esté saliendo de Birmania por una “persecución” étnica y sugirió que los desplazados hacia Bangladesh solo quieren «vivir con familiares o huir a un tercer país».
En oposición a estas declaraciones, la ONU solicitó casi 1000 millones de dólares para asistir a 900.000 refugiados rohingyas que han escapado a Bangladesh, como así también a los más de 330.000 bangladeshíes que los reciben en la zona fronteriza.