Las fuerzas rusas habrían perpetrado un ataque a la infraestructura crítica ucraniana. Si bien las consecuencias fueron menores, el episodio pone podría anticipar una nueva fase de la guerra, en la que Kiev vuelva a ser un objetivo central de Rusia.
Parte del destino de los ataques fue la región de Kiev. Cabe señalar que la capital ucraniana se encuentra a más de 700 kilómetros de la zona del sudeste del país, donde viene teniendo lugar el enfrentamiento desde hace meses. Allí, las fuerzas ucranianas confirmaron el ataque ruso a la infraestructura crítica, en la ciudad de Jerson donde, por ejemplo, el sistema eléctrico fue atacado. La situación llevó al gobierno del presidente Zelenski a activar la defensa antiaérea en todo el país, ya que consideran que los blancos podrían no limitarse a las regiones linderas con Rusia.
Los ataques también habrían servido para hacer otra provocación a la OTAN, ya que los misiles habrían sobrevolado espacio aéreo de Moldavia y Rumania, este último miembro de la organización de defensa que une a muchos países de Europa con Estados Unidos. Desde Moldavia aseguraron que «Rusia continúa su guerra agresiva contra Ucrania y los ataques con misiles contra el país vecino afectan directa y negativamente la vida de los ciudadanos moldavos». En Rumania, el gobierno no confirmó lo sucedido.