El traspaso de 11 rinocerontes a un parque nacional del sureste de Kenia se convirtió en uno de los mayores fracasos de la historia de la protección de la fauna del país. Según varios testimonios fueron ignoradas u ocultadas las pruebas sobre la alta salinidad del punto de agua previsto para los animales -de una especie gravemente amenazada-, que murieron intoxicados.
Originalmente, el ministro de Turismo y Fauna Salvaje keniata, Najib Balala, y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) habían difundido la conclusión de un proyecto conjunto de seis años, que condujo al traslado de rinocerontes negros desde los parques de Nairobi y Nakuru a un nuevo refugio, un inmenso cercado de 100 km cuadrados, en el parque de Tsavo Este.
Pero Brian Heath, un exmiembro del consejo asesor de Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS), denunció presiones por parte de WWF para que se llevara a cabo el traslado. Ante el Parlamento, el expresidente del consejo de administración de KWS y reconocido paleontólogo Richard Leakey también criticó las “interferencias” de WWF.
Con información de: Straits Times.