Manifestantes tomaron las calles de Jartum reclamando la implementación de las reformas democráticas aprobadas pero pendientes de entrada en vigor, así como también el juzgamiento de quienes reprimieron las protestas que terminaron poniendo fin a la dictadura de Al Bashir. Las demostraciones en la capital de Sudán implicaron algunos enfrentamientos violentos con la policía que dejaron al menos un fallecido y decenas de heridos.
Las protestas que tuvieron lugar en el día de ayer reivindicaban que se haga justicia por los fallecidos durante los meses de revuelta popular contra el Gobierno de Omar Al Bashir que forzaron a los militares a entregar el poder a una autoridad civil en abril de 2019 luego de treinta años de dictadura.
Además, los ciudadanos que se expresaron mayormente en forma pacífica rechazan de plano el vínculo que el primer ministro Abdalla Hamdok mantiene con las Fuerzas Armadas y su renuencia a implementar reformas tendientes a fortalecer la democracia.
Por otro lado, a estas manifestaciones se suman las demostraciones enmarcadas en la oleada global contra la discriminación racial originada en Estados Unidos tras la muerte de un afroamericano a manos de la policía de Minneapolis. En este sentido, habitantes de la capital sudanesa reclaman que se cambie el nombre a la calle en la que se encuentra emplazada la embajada británica. Ésta también conduce a la sede del Ejército frente a la cual ocurrieron las protestas contra el presidente Al Bashir durante las cuales murieron 120 manifestantes. Actualmente, dicha calle lleva el nombre de Al-Zubayr Rahma Mansur, antiguo comerciante de esclavos.
De momento, las protestas instan a Hamdok a profundizar el carácter democrático de su gobierno. No obstante, el riesgo de que las Fuerzas Armadas tomen el poder parece demasiado posible si las protestas terminan haciendo tambalear la recientemente lograda democracia.