Cuatro días quedaban antes de la fecha estipulada para la celebración de elecciones presidenciales en Polonia. En medio de la pandemia, las condiciones no parecían estar dadas para la congregación de ciudadanos en los centros de votación. La confusión inundaba a la población y a la clase política por igual. ¿Se votará por correo postal? En ese caso, ¿la oposición presentará candidato propio o se pospondrán las elecciones? Para ello, ¿se decretará el estado de emergencia? Esas eran algunas de las preguntas que circulaban hasta la noche del miércoles.
Fue a última hora antes del jueves, fecha prevista para el tratamiento de la ley para habilitar la votación por correo, que el oficialismo -constituido por el partido conservador Ley y Justicia- emitió un comunicado informando la decisión de aplazar las elecciones. Es así que el Gobierno puso en manos del Tribunal Supremo de Polonia la decisión de anular los comicios. Luego de que se tome dicha decisión, la presidente del Congreso podrá anunciar la nueva fecha de las elecciones.
No obstante, en el día de ayer fue aprobada la ley de votación por correo y el Tribunal Supremo aún no se ha pronunciado sobre qué sucederá con las elecciones. Es así que todas las preguntas continúan sin respuesta. Por un lado, el Gobierno no está organizando el proceso electoral. Por otro, éstas todavía no han sido oficialmente pospuestas.
La incertidumbre no llegaría a disiparse sino hasta el domingo mismo cuando la ciudadanía polaca se entere si debe emitir el voto a través del correo o si deberá aguardar a que el Tribunal Supremo, el Parlamento y el Gobierno de Andrzej Duda logren llegar a un acuerdo y establezcan una nueva fecha.