Liam Fox, ministro de Comercio de Reino Unido, está de gira por Asia, intentando empezar a dar algunas precisiones sobre lo que será la economía británica una vez que se consume el Brexit. El gran objetivo del gobierno es cerrar lo antes posible acuerdos bilaterales con grandes potencias económicas, de manera de calmar las aguas puertas adentro, sobre todo en momentos en los que son muchas las voces que cuestionan la salida de RU del Grupo de los Veintiocho.
En este marco, Fox aseguró que es «muy difícil» que el país mantenga una unión aduanera con la Unión Europea, ya que contar con una tarifa externa común le quitará independencia en su accionar, justamente uno de los objetivos primordiales del Brexit. Esta declaración refuerza la postura del gobierno de Theresa May de implementar un Brexit “duro”, muy cuestionada por quienes, aún hoy y con el proceso en marcha, sueñan con una salida menos estricta.
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