Una de las principales promesas de campaña de Donald Trump fue la generación de mejores condiciones comerciales para la industria estadounidense, según el propio Trump dejada de lado por la administración Obama. Para cumplir ese objetivo, Trump no dudó en anunciar la salida o la renegociación de tratados internacionales, como por ejemplo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta).
Es en este contexto que el Robert Lighthizer, representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, anunció que las negociaciones de la nueva versión del NAFTA que comenzarán a mediados de agosto tendrán como prioridades la reducción del déficit comercial, una mejor llegada de los bienes estadounidenses a los países socios (México y Canadá) y la mejora de las condiciones laborales en los tres países.
Como en toda negociación en la que está involucrado Estados Unidos, sus prioridades difícilmente no se transformen en los principales temas de agenda, por lo que México y Canadá deberán soportan la embestida de la Administración Trump para lograr nuevas condiciones favorables.
Trump intenta, una vez más, fidelizar a sus votantes, cumpliendo con otra de sus promesas de campaña.