Una unidad de maternidad y un hospital infantil fueron objetivo de un bombardeo en la ciudad de Mariupol, sobre la costa del mar de Azov, al sureste de Ucrania. El ataque ocurrió en medio del alto el fuego pactado por Kiev y Moscú para permitir la evacuación de civiles. Zelenski declaró que aún hay niños bajo los escombros del centro de salud. Distintas organizaciones y organismos internacionales han denunciado que Ucrania se encuentra al borde de la catástrofe humanitaria.
Se cumplen dos semanas del inicio de la invasión rusa sobre Ucrania. A medida que han pasado los días, los ataques contra zonas residenciales se han intensificado, derivando en un aumento de las bajas civiles. Según las cifras que maneja el equipo de las Naciones Unidas, habrían al menos 516 víctimas fatales y 908 heridos entre la población civil de todo el país. En tanto, el Kremlin insiste en que sus fuerzas no están llevando adelante bombardeos contra infraestructura civil ni barrios residenciales.
La ciudad portuaria es un lugar estratégico que, de hacerse con su control, permitiría a Rusia crear un corredor entre la península de Crimea y la región del Donbás. De este modo, a través de dicho corredor se generaría una conexión directa entre Rusia y la península anexionada en 2014.
En Mariupol el escenario es catastrófico; no hay suministro de agua potable, ni calefacción, ni electricidad. Mientras los civiles que no lograron salir de la ciudad permanecen confinados en los refugios antiaéreos tampoco funcionan las redes de telecomunicaciones y escasean los alimentos y medicinas. La Cruz Roja informó que alrededor de 200.000 personas aún esperan poder huir de la ciudad, actualmente rodeada por las fuerzas rusas.
Tras varias rondas de negociaciones, las delegaciones rusa y ucraniana habían pactado el establecimiento de seis corredores humanitarios. El objetivo era permitir que los habitantes de las cinco principales ciudades afectadas por los combates pudieran relocalizarse. Sin embargo, la medida ha fracasado. En algunos casos, los bombardeos rusos resultaron en la muerte de decenas de civiles y, en otros, han impedido la salida de los convoys de refugiados.