El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, parece decidido a profundizar su cruzada para activar la cláusula democrática contra Venezuela. La OEA realizó una reunión extraordinaria para analizar especialmente el caso de Venezuela, y contaría con los 18 votos necesarios para suspender al régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, el documento final de la reunión no establece sanciones, sino solo pedidos formales a Venezuela para reestablecer las condiciones democráticas.
La activación de la famosa cláusula democrática es la máxima pena que un país miembro de la OEA puede recibir, y es en respuesta a la alteración de las condiciones democráticas dentro del país cuestionado. Según Almagro y 18 países, Venezuela ha dejado de ser una democracia: mientras no se convoque a elecciones (que Maduro viene postergando) y se liberen a los presos políticos, Venezuela no contará con las condiciones que lo hacen merecedor de ser miembro de la OEA. Además, también considera que Venezuela atraviesa una grave crisis humanitaria que hace imprescindible el accionar de la entidad que lidera.
La respuesta de Caracas no se hizo esperar y por supuesto lejos estuvo de ser conciliadora. La canciller Delcy Rodríguez acusó a Almagro de “mentiroso, deshonesto, malhechor y traidor” y a Estados Unidos de estar digitando la suspensión.