Ayer el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, recibió el premio Nobel de la Paz, por su lucha para terminar con la guerra interna que mantiene el estado colombiano con las FARC desde hace décadas. Al recibirlo, Santos afirmó que “hay una guerra menos en el mundo”. Sin embargo, la puesta en práctica del acuerdo firmado con los guerrilleros el pasado 24 de noviembre no parece un camino de rosas.
Sucede que la Ley de Amnistía, que permitiría el traslado de los guerrilleros hacia zonas de tránsito y campamentos en los que comenzará su incorporación a la civilización sin riesgo de ser detenidos, aún no está formalmente aprobada. La Corte Constitucional debe hacerlo, aunque señaló que no lo harán al menos hasta el 12 de diciembre.
Dicha aprobación también incluye a los indultos pactados en el convenio que Santos firmó con el líder guerrillero, Timochenko. Por el momento, solo cuando este trámite jurídico esté resuelto comenzará a ponerse en práctica realmente el acuerdo de paz en Colombia.
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