Desde hace varias semanas, y a pesar de los esfuerzos de Theresa May y su gobierno de avanzar con el Brexit más duro que se pueda, comenzaron a correr fuertes rumores que se hacían eco de una pregunta: ¿por qué no dar marcha atrás con el Brexit? Sin embargo, la parquedad y contundencia de la respuesta que dio Europa rápidamente hacían desestimar la posibilidad de revertir el Brexit.
No obstante, la misma Unión Europea esta semana dio una señal a su todavía miembro activo, Reino Unido. “Nuestros corazones siguen abiertos para vosotros (los británicos)», afirmó el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, acompañado de Jean-Claude Juncker, jefe del Ejecutivo de la UE. Si bien el proceso de implementación del Brexit sigue en marcha, sin modificaciones, esta señal de las dos máximas autoridades seguramente aumentará las dudas en las islas británicas. Hoy, buena parte de la clase dirigente y de la sociedad piensan seriamente en la posibilidad de activar algún artilugio que permita frenar la salida de Reino Unido de la UE.
Por su parte, Theresa May, a través de su portavoz, respondió de manera lógica ante las declaraciones de Tusk y Juncker. Dejó en claro que Reino Unido seguirá adelante con el Brexit, porque “es la voluntad popular”. Habrá que ver si dentro de algunas semanas mantiene su posición.