Un informe de UNICEF publicado esta semana reveló que los menores de edad, en particular niñas, son utilizados cada vez más como “bombas humanas” por parte del grupo yihadista Boko Haram en el noreste de Nigeria. Según la organización, la cantidad de niños utilizados para perpetrar ataques suicidas aumentó casi cuatro veces, en comparación con todo 2016.
Desde el 1 de enero de este año, 83 niños fueron utilizados como kamikazes, entre ellos 55 niñas, muchas de ellas menores de 15 años. El informe también contabilizó 27 niños, así como un bebé que una menor llevaba cargado a la espalda. Las niñas secuestradas en las aldeas nigerianas, más de 7.000 en total, sufren en su cautiverio la aplicación estricta de la sharia, condiciones de esclavitud y la elección obligada entre casarse con un terrorista o convertirse en niña-bomba.
La insurgencia iniciada en 2009 por Boko Haram -un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico activo en Nigeria, Camerún, Chad, Níger y Malí- ya provocó la muerte de unas 20.000 personas y el desplazamiento de 1,7 millones nigerianos en el noreste del país. Debido a esta violencia, la región enfrenta el peligro de una hambruna: UNICEF calcula que unos 450.000 niños padecerán allí malnutrición este año.
En este contexto, Nigeria busca la cooperación de Rusia en la lucha contra el Boko Haram a nivel regional, según asegura el ministro de Defensa del país Mansur Mohamad Dan-Ali. “Realmente debatimos con (el ministro ruso de Defensa, Serguéi) Shoigu la cooperación antiterrorista”, dijo. Y agregó: “Rusia ayudó a Afganistán, Siria y Turquía; nosotros esperamos el apoyo de Rusia en nuestra región porque tenemos un problema parecido”.
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