Después de haber ganado las elecciones parlamentarias de la semana pasada con el 31,5 por ciento de los votos, el líder del partido conservador Partido Popular de Austria (ÖVP, por sus siglas en alemán) Sebastian Kurz sostendrá conversaciones con el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), de extrema derecha, para formar una coalición de gobierno.
Esto lleva al partido de Kurz un paso más cerca del poder, que ocupó por última vez hace más de una década. No obstante, el ÖVP está lejos de una mayoría, por lo que precisa un socio para obtener el control del parlamento y formar un gobierno. Solo dos partidos tienen suficientes asientos para hacer eso: los Socialdemócratas (SPÖ) y el FPÖ.
De hecho, Kurz, de 31 años, ya había tomado una línea dura sobre inmigración en la campaña que dejó poco espacio entre él y el FPÖ -un partido fundado por ex nazis en la década de 1950-., y ambas partes capitalizaron el sentimiento generalizado de que el país había sido invadido durante la crisis migratoria de Europa en 2015 y 2016.
El joven líder pidió el fin de la actual coalición con los socialdemócratas cuando asumió como el principal dirigente del Partido Popular en mayo, argumentando a favor de una ruptura con la tradición de Austria de ser gobernada por coaliciones centristas. Con la decisión de acercarse al FPÖ, los conservadores giran decididamente hacia la derecha.