El presidente de Estados Unidos repasó los desafíos de los últimos años, desde la pandemia hasta las amenazas contra la democracia, y también hizo alusión a la resiliencia de la economía estadounidense. Dado que el partido Republicano logró el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de medio término, Biden instó a la bancada opositora a apoyar las iniciativas clave de su programa que aún están pendientes.
De cara a la segunda mitad de su mandato, Biden subrayó la centralidad de la defensa de la democracia tanto en lo que respecta a la política interior como a la política exterior norteamericana. Sobre este punto, reiteró el compromiso de Washington para apoyar a Ucrania ante la invasión rusa. A su vez, mostró una postura férrea sobre la amenaza que supone China para la soberanía estadounidense. El presidente declaró que ya dejó en claro a Xi Jinping que Estados Unidos busca la competencia y no el conflicto con China. Ello implica trabajar en conjunto en aquellos temas que promuevan los intereses estadounidenses y beneficien a la comunidad internacional. Sin embargo, sostendrá los esfuerzos y las inversiones dedicadas a fortalecer las capacidades del país, la innovación y las industrias que darán forma al futuro.
En términos de la política doméstica, el presidente se enfocó en la seguridad social y la salud pública, uno de los puntos de mayor conflicto con la bancada republicana. Además de la continuidad de estás políticas, Biden propuso prohibir las armas de asalto, introducir una reforma que permita evitar los abusos policiales, una ley sobre el aborto que lo regule a nivel nacional, y una reforma inmigratoria. Esta agenda difícilmente logre el apoyo necesario de los republicanos y, por ende, podría bloquear el trabajo legislativo durante el próximo año.
Al convocar a los republicanos a trabajar en conjunto, Biden reiteró la misión de su Gobierno: recuperar a la clase media norteamericana y unir al país. Es así que llamó a terminar el trabajo – “get the job done” – sobre la economía y las reformas de corte más social. Aunque la inflación se volvió un problema para la Administración Biden a raíz de la pandemia y de la guerra en Ucrania, a finales de 2022 el índice de precios cerró en 6,5%. Además, en los últimos dos años se han creado 12 millones nuevos puestos de trabajo. Esto llevó a que la tasa de desempleo bajara al 3,4%, el mínimo desde 1969.