El gobierno de Bolivia, a través de su ministerio de Gobierno y de la Policiía, confirmó la baja de 216 miembros de la policía. Los acusan de colaborar con el golpe de estado sufrido por Evo Morales en 2019. Se los acusa de haber participado, en mayor o menor medida, de la rebelión que acabó con la renuncia del por entonces presidente, Evo Morales.
«Trabajamos con fuerza en el sistema disciplinario de nuestra institución» para «alejar a 216 malos policías de forma definitiva o con suspensiones temporales”, aseguró el comandante de la Policía de Bolivia, Orlando Ponce Málaga.
Desde la oposición aseguran que se trata de una purga policial. Creen que es en el marco de la avanzada que el gobierno boliviano, a cargo de Luis Arce, está teniendo sobre las voces opositoras en todos los ámbitos.
El ministro de Gobierno, Carlos Del Castillo, destacó la decisión, afirmando que “aún existen elementos que dañan el uniforme Verde Olivo con acciones irregulares o incluso con actos de corrupción que no son los que nuestra Policía Boliviana, el pueblo y nuestra patria necesitan”.
Cabe recordar que Evo Morales renunció el 8 de noviembre de 2019. Fue cuando fuerzas de seguridad se negaron a acatar la orden de defender a grupos partidarios del MAS (el partido oficialista entonces y ahora). También se negaron a reprimir a manifestantes disconformes con el gobierno de Morales. Luego, la opositora Jeanine Áñez tomó la presidencia, de manera interina. Más tarde, convocó a elecciones presidenciales, a la postre ganadas por el MAS en la figura de Luis Arce. Desde entonces, Bolivia exacerbó sus divisiones internas. La grieta entre la población favorable al MAS, mayoritariamente indígena, y los partidarios de la oposición, es marcada. Áñez se encuentra detenida. Tiene una condena a 10 años de prisión por incumplimiento de los deberes y por tomar resoluciones contrarias a la Constitución boliviana.