El 28 de octubre se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil entre Jair Bolsonaro (del Partido Social Liberal, que cosechó 46% de los votos en primera vuelta) y Fernando Haddad (del Partido de los Trabajadores, que cosechó el 29%), aunque las primeras encuestas ya muestran al candidato de extrema derecha imponiéndose al delfín de Lula.
En este contexto, las posiciones de Bolsonaro -un excapitán del ejército y legislador con 27 años en el Congreso favorable a la mano dura y los valores “tradicionales”- despiertan cada vez más la atención. En Francia, Marine Le Pen, la dirigente de Reunión Nacional dijo que Bolsonaro “había dicho cosas eminentemente desagradables, que no son para nada transferibles a nuestro país”.
Por otro lado, en una entrevista con la actriz y activista LGBT Ellen Page, Bolsonaro repitió sus posiciones homofóbicas, al asegurar que “con el tiempo, debido al libertinaje, las drogas y con las mujeres también trabajando, aumentó bastante el número de homosexuales”. También se mostró favorable a “corregir” a los chicos para que se mantengan en la “normalidad”.