La Corte Suprema finalmente hizo oficial lo que era un grito a voces: pese a lo dicho en un primero momento y contra su voluntad, Theresa May deberá someter su plan para abandonar la Unión Europea a la consideración de ambas cámaras del Parlamento antes de invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que efectivamente dispara la salida de un miembro de la comunidad.
Sin embargo, el mismo fallo dio una buena noticia a May. Los parlamentos de las naciones que conforman el Reino Unido, Escocia, Irlanda del Norte y Gales, no podrán ser parte de la decisión ni deberán ser consultados. Esto da oxígeno a May para avanzar en su plan de salida en una negociación directa con el Parlamento.
No la tendrá fácil May. Una buena cantidad de representantes en el Parlamento ya adelantaron que tienen muchos cuestionamientos hacia el plan de la primer ministro, y algunos hasta se animaron a sugerir que no descartan solicitar un segundo referéndum.
Resta ver qué hará Nicola Sturgeon, jefa de gobierno de Escocia, ante esta decisión de la Corte. Escocia es la nación que se opuso por completo al Brexit, y Sturgeon viene amenazando con convocar a un referéndum sobre la continuidad de Escocia en el Reino Unido si no es oído su pedido de realizar un Brexit blando, que no aleje a la nación de la Unión Europea.
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