Aunque parezca gracioso y hasta increíble, el gobierno chino parece decidido a apuntar contra personajes infantiles como Peppa Pig y Winnie de Pooh. Sucede que el Partido Comunista Chino, en su lucha ideológica contra Occidente, reduciría fuertemente el ingreso de libros infantiles extranjeros, con el objetivo de limitar la propagación de ideas foráneas y controlar la ideología de sus ciudadanos.
China presenta hoy en día uno de los mercados más destacados para los libros y demás materiales de educación para niños, que consumen miles de títulos extranjeros, en su amplia mayoría con fuerte influencia occidental. Sin embargo, las autoridades parecen dispuestas a acabar con esta intromisión del “enemigo”.
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