A dos días de enfrentar la posibilidad real de una secesión, cientos de miles de personas salieron ayer a las calles de la capital catalana, Barcelona, para expresar su oposición a cualquier declaración de independencia, mostrando una vez más cuan dividida está la región con respecto al tema.
Los manifestantes se reunieron en el centro de Barcelona agitando banderas y pancartas españolas y catalanas al grito de “Cataluña es España” y “Juntos somos más fuertes”, en momentos en que el país se encuentra atravesando la peor crisis política durante décadas, que pone en riesgo su unidad territorial.
Por su parte, el primer ministro español, Mariano Rajoy, dijo el sábado que no descartaría la destitución del Gobierno de Cataluña y la convocatoria de nuevas elecciones locales si se proclama la independencia, así como implementar medidas que suspendan la autonomía de la región.
La manifestación fue organizada por el grupo anti-independentista Sociedad Civil Catalana bajo el lema “Recuperemos la sensatez”, para movilizar lo que cree es una “mayoría silenciosa” de ciudadanos catalanes que se oponen a la independencia.
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