Ayer comenzaron los primeros trabajos de construcción de los prototipos para el muro que separará a Estados Unidos de México, una promesa central de la campaña de Donald Trump para presidente que comienza a hacerse realidad. En total se construirán ocho modelos en una zona remota de San Diego: cuatro de hormigón sólido y cuatro de “otros materiales”.
Tanto la policía local como la federal tienen una fuerte presencia en el sitio, que incluye una “zona de libre expresión” para que la gente pueda protestar (algo esperable dado lo polémico de la iniciativa). Se supone que los trabajos duren 30 días, y después de eso se sumarán tres meses de evaluaciones por parte del gobierno estadounidense para elegir el modelo ganador.
Esta responsabilidad recaerá en la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza, que puede elegir varios ganadores o ninguno, aunque se supone que el muro final probablemente esté compuesto de elementos de más de un prototipo. El proyecto ya está atrasado tres meses, debido a objeciones formuladas por parte de los postores perdedores.