Luego del anuncio hecho en su discurso de fin de año por Kim Jong-un, líder norcoreano, en el que señaló que estaba abierto a un diálogo con su vecino del sur, y de la propuesta del presidente surcoreano, Moon Jae-in, de celebrar una reunión en zona desmilitarizada, hoy las dos Coreas dieron el puntapié inicial a lo que puede ser un nuevo vínculo.
Con los próximos juegos olímpicos invernales de Pyeongchang (Corea del Sur) como excusa principal, representantes de ambos gobiernos mantuvieron una reunión que puede ser histórica, luego de años de no tener vínculo directo y en un momento de creciente escalada de la tensión en la península de Corea. Ambos gobierno acordaron la participación de los deportistas norcoreanos en la competencia y anunciaron que ambas delegaciones desfilarán juntas en las ceremonias de apertura y clausura. Como símbolo de este nuevo vínculo que intentan tener, no es un dato menor. Por otra parte, y más importante aún en lo que hace a la estabilidad de la región, los gobiernos también acordaron que retomarán las negociaciones sobre la cuestión militar, aunque no dieron mayores precisiones al respecto.
Este encuentro en un momento de tensa calma en la región. Corea del Norte ha venido realizando diversos ensayos de su arsenal militar, adoptando una posición amenazante sobre objetivos surcoreanos, japoneses y estadounidenses. Por su parte, Corea del Sur se encuentra trabajando de manera conjunta con fuerzas militares de Estados Unidos, actividad que ahora se encuentra suspendida hasta terminados los juegos invernales.
Las próximas semanas permitirán tener una noción más concreta del alcance de este reencuentro. Y también disiparán las dudas sobre cómo reaccionará Donald Trump ante esta negociación que, al menos formalmente, lo tiene fuera de la mesa de discusión.