El plan de Theresa May de apoyarse en el Estados Unidos de Trump para suavizar la salida de la Unión Europea parece transitar por un camino sinuoso. Sucede que el rechazo de la población al magnate es amplio y, lejos de moderarse, se incrementa.
Mientras la Cámara de los Comunes daba tratamiento a la petición apoyada por casi dos millones de firmas para cancelar la visita de estado del presidente estadounidense, decenas de miles de personas se congregaron en Londres para seguir rechazando a Trump y criticando la postura de May, bajo los lemas “Theresa la apaciguadora» y “¡No eres bienvenido!».
La situación supone un problema no menor para May, quien deberá calibrar al máximo los costos y beneficios de su alianza con Trump. Al mismo tiempo, presenta una situación que eventualmente puede trasladarse a otros países y que complicaría seriamente el desempeño de Trump en materia de política internacional.