La última prueba de Corea del Norte de un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) con capacidad de alcanzar EE.UU. y portar ojivas nucleares aumentó como nunca antes las posibilidades de una guerra en la península. Según la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, la respuesta contra el régimen de Corea del Norte será fulminante.
“El dictador de Corea del Norte tomó una decisión ayer que acerca al mundo a la guerra, no más lejos de ella”, dijo Haley durante una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU. “Y si llega la guerra, no se equivoquen, el régimen de Corea del Norte será completamente destruido”, agregó.
Además, Haley pidió a todos los países que corten las relaciones diplomáticas y comerciales con la nación “rebelde” y dijo que Trump, en una conversación con el líder chino Xi Jinping, lo instó a un corte total del suministro de petróleo. Un embargo de este tipo es considerado una de las medidas no-bélicas más poderosas que se pueden implementar contra un país.
Previamente, el miércoles, el líder norcoreano Kim Jong-un declaró que su país ya era una “potencia nuclear responsable” y se deleitó con el lanzamiento del ICBM Hwasong-15, que le permitió alcanzar “la gran causa histórica de completar la fuerza nuclear estatal, la causa de construir una potencia misilística», dijo en una declaración leída en la televisión estatal coreana.