El Departamento de Justicia de Estados Unidos de América, indicó que dos oficiales de inteligencia chinos, y otros ocho, fueron acusados de robar secretos comerciales, con la intención de ayudar al país a atajar el desarrollo de un motor de avión turbofán y otras tecnologías.
Un gran jurado acusó al grupo en junio de 2017, pero los cargos no se presentaron ante el tribunal federal de San Diego, hasta el 18 de octubre, y fueron anunciados doce días después.
La acusación se produjo cuando la tensión por el pirateo de la propiedad intelectual ha vuelto a aumentar entre Estados Unidos y China. Eso es a pesar de un acuerdo histórico alcanzado en septiembre de 2015 entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el mandatario chino, Xi Jinping, que tenía como objetivo prohibir la propiedad intelectual a los espías cibernéticos.
Los fiscales alegan que el grupo utilizó una variedad de técnicas, que van desde el phishing con lanza hasta el malware, pasando por dominios falsos de apariencia similar, para obtener un acceso profundo a 13 compañías, incluyendo Capstone Turbines de Los Ángeles.