El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, no tardó en recoger el guante dejado por el líder norcoreano, Kim Jong-un, y ya puso fecha a un eventual diálogo entre ambos mandatarios. El polémico líder de Corea del Norte sugirió en su discurso de Año Nuevo la posibilidad de avanzar en un diálogo que baje la tensión en la península, por lo que el presidente surcoreano aprovechó y propuso el 9 de enero como fecha de la posible reunión.
Si bien uno de los temas principales a tratar sería la participación de los atletas norcoreanos en los Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollarán en Corea del Sur, el encuentro sin dudas sería un auspicioso puntapié inicial para avanzar con las cuestiones más graves que afectan a la relación entre ambos países.
Ya la sola propuesta de Kim Jong-un, con la consecuente y lógica buena recepción por parte de los mandatarios del sur, marcan un avance que puede transformarse en muy relevante si este encuentro se lleva a cabo. El aislado Kim Jong-un, sentado en una mesa de negociación con el presidente surcoreano, por más que formalmente sea para destrabar la situación de los competidores de su país en los Juegos de Pyeongchang, ya se convierte en uno de los hechos del año, apenas comenzado éste.
Este acercamiento se da, en principio, en ausencia de Estados Unidos, al menos oficialmente. Un avance como el que proponen ambos mandatarios podría dejar a Trump un tanto descolocado en el tablero internacional, aunque seguramente Corea del Sur no se anime a dar un paso amistoso con su vecino del norte sin el aval de su principal protector, Estados Unidos. Trump, por su parte, se arroga crédito en la movida conciliadora de Kim Jong-un, a la que considera una respuesta a las sanciones económicas impuestas por Naciones Unidas.
En el día de hoy, ambos países retomaron su canal de comunicación habitual, la exclusiva línea telefónica que se utiliza solo para comunicaciones entre autoridades de ambos lados de la frontera. Representantes norcoreanos efectuaron la llamada a sus pares del Sur, para comprobar «si funcionan sin problemas los teléfonos y fax» y comenzar a preparar el terreno del futuro encuentro entre Moon Jae-in Kim Jong-un.