Cada vez falta menos para conocer al mundo en tiempos de Trump. Dentro de 10 días Donald Trump será el presidente de la mayor potencia del mundo. En medio de una transición difícil, con denuncias de espionaje, el gabinete designado por Trump comenzará su paso por el Congreso, para que el poder legislativo apruebe sus designaciones y puedan tomar sus puestos dese el 20 de enero.
Si bien es un proceso habitual ante cada cambio de mando, el atractivo en esta ocasión es que los funcionarios designados por Trump, al igual que él, despiertan más de una polémica por su accionar pasado o por definiciones recientes. La mayoría de ellos, de origen fuertemente conservador, deberá sortear los cuestionamientos sobre frases y actitudes xenófobas o sobre sus vinculaciones con Putin (tal es el caso de Rex Tillerson, designado para reemplazar a John Kerry en el ministerio de Relaciones).
Más allá de las apreciaciones personales de cada uno de los designados, lo cierto es que desde el 20 de enero empezaremos a ver cómo hacen Trump y equipo para echar por tierra numerosas políticas y medidas adoptadas por la administración Obama que van exactamente en contra de lo que ellos quieren para “hacer a Estados Unidos grande otra vez”.
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