La pandemia ya ha dejado decenas de muertes en América del Sur y el panorama exige de la continuidad en las políticas de prevención y respuesta ante el aumento de contagios proyectado. En este contexto el canciller argentino, Felipe Solá, y sus contrapartes regionales, han acordado un aporte adicional de US$16 millones destinados al “Proyecto plurinacional de investigación, educación y biotecnologías aplicadas a la salud”, que serán utilizados exclusivamente en el combate coordinado contra el coronavirus.
La financiación del accionar regional contra el COVID-19 estará garantizada por el Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM). Los fondos, que serán distribuidos entre los Estados partes, son no reembolsables y no implican el cobro de intereses financieros.
A través de la realización del proyecto, los países de la región buscan fortalecer la capacidad de diagnóstico del virus, la compra de equipamiento e insumos, y la adquisición de mayor cantidad de kits de testeo. Además, se trabajará para desarrollar técnicas de serodiagnóstico para analizar la respuesta de anticuerpos en pacientes contagiados.
En el marco de dicho proyecto FOCEM, participarán no sólo los gobiernos de los Estados miembro a través de sus respectivos ministerios de salud y ciencia, sino también la red de instituciones generada a raíz del mismo en 2011. La misma está conformada por el Instituto de Biomedicina de Buenos Aires (IBIOBA-CONICET) de Argentina, la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) de Brasil, el Laboratorio Central de Salud Pública (LCSP) y CEDIC en Paraguay y el Institut Pasteur de Montevideo en Uruguay.