Las dos izquierdas irreconciliables, como se las conoce en la jerga política de Francia, dirimirán el próximo domingo la interna que consagrará al líder del partido y al próximo candidato del espacio para las presidenciales de este año.
Benoît Hamon se perfila mejor posicionado para la definición, ya que el tercer candidato que surgió de la primera vuelta, Arnaud Montebourg, ya anticipó su apoyo a Hamon. Manuel Valls, primer ministro actual de Francia, lejos de dar por hecha su derrota, apeló a los votantes socialistas planteando un escenario de derrota en la presidencial si la interna la gana Hamon: “(la definición es) entre el fracaso garantizado y la posible victoria, entre promesas irrealizables y una izquierda creíble que asume las responsabilidades del país».
Más allá de esta definición, el socialismo francés, que arrastra el legado de François Hollande sobre sus hombros, hoy no pasa de un lejano quinto puesto en las encuestas sobre la presidencial, en la que François Fillon y Marine Le Pen cuentan con las mejores chances.