La fiscalía turca ordenó la detención de 380 empresarios sospechados de haber brindado apoyo financiero al clérigo Fetulá Gulen, a quien el gobierno turco responsabiliza por el fallido golpe de estado de 2015.
Gulen, quien reside en Estados Unidos y cuya extradición fue solicitada por Erdogan, niega la versión del presidente turco y lo acusa de haber generado un autogolpe para radicalizar su postura y consolidar su poder, basado en acciones que limitan seriamente las libertades individuales.
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