Un capítulo más. Luego del refuerzo de las sanciones de la ONU a Norcorea anunciadas el último miércoles, el régimen de Kim Jong-Un volvió a arremeter contra Occidente, en especial contra el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
En respuesta a los ensayos nucleares realizados en septiembre y con el objetivo de afectar los ingresos de Norcorea, la ONU dispuso fuertes restricciones a las exportaciones norcoreanas, principalmente de carbón, pero también de otros metales. También establece mayores controles a las embarcaciones norcoreanas, entre otras cosas. Todo hace que el país asiático pierda ingresos por 800 millones de dólares al año, lo que complica las finanzas de Kim Jong-Un y el financiamiento de sus planes nucleares. El líder norcoreano, sin embargo, cuestionó la decisión, afirmando que muchas naciones de la comunidad internacional realizan pruebas de este tipo y no reciben sanciones similares. A esta decisión de la ONU, se suman también sanciones unilaterales por parte de Japón y Corea del Sur.
Ya no sorprende, pero sí preocupa, que la tensión entre Corea del Norte y la comunidad internacional en general continúe escalando. La reconfiguración de poder post Obama en Estados Unidos, el resultado de algunas elecciones que tendrán lugar en países clave de la Europa Occidental y la consolidación del protagonismo de Vladimir Putin en la geopolítica mundial, permitirán vaticinar con mayor certeza cómo seguirá el vínculo entre Corea del Norte y el mundo.
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