Trimestralmente, la Casa Blanca debe certificar ante el Congreso estadounidense si Irán cumple o no con el pacto de desarme nuclear firmado con Estados Unidos y otros países aliados durante la administración de Barack Obama. Durante este año, la administración Trump se expidió favorablemente al régimen iraní en las dos ocasiones en las que debió comparecer ante la legislatura, la más reciente en los últimos días.
Sin embargo, desde el mismo Ejecutivo estadounidense, funcionarios afirmaron que Irán incurre en «indiscutible incumplimiento del espíritu del Plan Integral de Acción Conjunta”. En consecuencia, autoridades económicas del gobierno informaron nuevas sanciones, en respuesta al programa de misiles balísticos de Irán y al apoyo que Teherán dispensaría al crimen organizado.
Probablemente la certificación del cumplimiento del pacto se justifique en que Washington pretenda ganar tiempo con medidas intermedias para negociar antes de tomar la decisión drástica de cancelar el pacto, que en clave de política internacional sería un alerta de importancia que podría disparar conflictos aún más graves, sobre todo considerando que Irán es un gran aliado de Rusia.