El gobierno de Donald Trump, a través de su Departamento de Justicia, acusó formalmente a cuatro militares chinos por el ataque cibernético sufrido en 2017 por la empresa Equifax, que dio lugar al robo de información de 143 millones de usuarios.
La acusación pesa sobre cuatro integrantes del Ejército Popular de Liberación de China, a quienes asigna la responsabilidad de haber robado información de gran valor económico, a partir de la cual pueden dispararse distintas acciones que pueden pondrían en peligro los intereses estadounidenses.
El episodio sucede en un momento de cierta relajación entre los gobiernos de Estados Unidos y China, luego de meses de tensión por las disputas comerciales.