Por expresa instrucción del presidente Donald Trump, fuerzas estadounidenses asesinaron a Qasem Soleimani, máxima autoridad militar de la República Islámica de Irán y hombre aún más importante para el régimen que el propio presidente Rohani.
El hecho ocurrió en Irak, en inmediaciones del aeropuerto de Bagdad, cuando Soleimani se transportaba en una caravana hacia dicha terminal aérea. El golpe fue perpetrado mediante un dron, el MQ-9 Reaper, que no es más que una aeronave no tripulada operada de forma remota desde Estados Unidos.
Con este golpe Trump se animó a dar un paso que ninguno de sus antecesores había querido dar: matar al cerebro de la expansión iraní en Medio Oriente. La reacción del régimen seguramente no se hará esperar.