Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron este lunes una serie de ejercicios militares a gran escala en los que participaron cientos de aviones y miles de soldados, en una serie de movimientos planificados que son también un mensaje para el líder norcoreano Kim Jong-un.
El ejercicio anual se lleva a cabo en medio de crecientes tensiones, luego de que Corea del Norte probara su misil balístico intercontinental más avanzado (ICBM), supuestamente capaz de alcanzar cualquier parte del territorio continental de Estados Unidos.
De los movimientos participaron más de 200 aeronaves, incluidos seis F-22 Raptors y seis aviones de combate F-35 Stealth, junto con 12.000 militares estadounidenses –siendo la primera vez que se despliegan tantos Raptors simultáneamente en un ejercicio en Corea del Sur-.
Kathy Novak, periodista de Al Jazeera, que visitó la base aérea de Osan en la ciudad surcoreana de Pyeongtaek, dijo que los ejercicios, que se llevan a cabo todos los años, eran “en parte entrenamiento y en parte demostración de fuerza contra Corea del Norte”.
“Antes de que estos simulacros se llevaran a cabo, el canciller norcoreano dijo que Estados Unidos estaba pidiendo una guerra nuclear, al organizar una jugada extremadamente peligrosa en la península de Corea”, agregó.