Debió llegarse a la amenaza de la fuerza para que el conflicto en Gambia se solucionara. Tropas de Senegal y otros países africanos debieron alistarse en territorio de Gambia para que el expresidente, Yahya Jammeh, perdedor en las últimas eleciones, que se negaba a dejar el poder, accediera a consensuar su salida con los representantes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).
Despedido por el apoyo de sus partidarios, el sábado por la noche Jammeh abordó el avión oficial de Guinea Ecuatorial, cedido por su presidente, para dejar su país y exiliarse en ese país. Pero Jammeh no se habría ido solo: fuentes locales aseguran que con él se llevo 10 millones de euros y tres coches Rolls Royce.
Hoy en día las tropas senegalesas se encuentran en la capital de Gambia, Banjul, y allí permanecerán hasta confirmar que están dadas las condiciones para el regreso al país del nuevo presidente, Adama Barrow, quien podrá ejercer plenamente el cargo jurado días atrás en Senegal.
Para Gambia, una nueva vida comienza, luego de 22 años de mandato de Jammeh, quien en innumerables ocasiones ejerció el poder de manera despótica. Para Jammeh, los problemas se irán sucediendo, ya que pesan sobre él numerosas denuncias por abuso de autoridad.
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