El presidente filipino Rodrigo Duterte anunció que se cancelan las negociaciones de paz con el Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) tras el ataque de este último a fuerzas militares.
Hasta hace pocos días reinaba un alto el fuego entre el gobierno filipino y el NPA, brazo armado del partido comunista filipino (CPP), de extracción maosita. Sin embargo, el pasado 1 de febrero el NPA acusó a Duterte de violaciones a los derechos humanos y con esto decidió acabar con el alto el fuego. Esta situación frustra las futuras negociaciones que iban a tener lugar en Holanda y Noruega en los próximos meses, para intentar dar un cierre definitivo al conflicto.
A partir de estos episodios, los enfrentamientos recrudecerán. Cabe destacar, además, que el gobierno de Duterte se encuentra en una lucha sin cuartel contra los carteles de droga, incluso implementando medidas de una violencia inusitada, que han generado el cuestionamiento de la iglesia local. En este combate ya han muerto más de 7000 personas.