En un operativo enmarcado en la lucha contra el grupo terrorista Boko Haram en el norte de Nigeria, en el estado de Borno, el gobierno atacó por error un campamento de civiles y mató a 52 de ellos, incluidos miembros de la Cruz Roja y de Médicos Sin Fronteras.
Semanas atrás el gobierno nigeriano había anunciado como un gran logro el regreso de miles de evacuados a su zona de origen, tras la toma del bastión terrorista en Sambisa. El gobierno justificó los ataques señalando que se está ejecutando la fase final de la ofensiva sobre los terroristas en esa zona, aunque asumió el fatal error que generó la muerte de más de cincuenta civiles.
Desde que se desató el conflicto en 2009, fallecieron al menos 15.000 personas y más de dos millones fueron desplazados de sus hogares. La crisis alimenticia y sanitaria es de dimensiones, y aunque el gobierno de Muhammadu Buhari se esfuerza por asegurar que la resolución del conflicto está cada vez más cerca, muchos piensan que la situación lejos está de resolverse.
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