En pocos días se celebrará la primera gran elección que Europa propone para 2017: Holanda. Más allá de la importancia que tiene para el país, la elección reviste un especial interés para la Unión Europea, en momentos en que el Brexit sigue generando posiciones anti-bloque en todo el continente.
Los candidatos con mayores chances provienen de la derecha: el Partido por la Libertad (PVVV) de Geert Wilders, el VVD del primer ministro Mark Rutte, los democristianos del CDA. Es decir, Holanda mantendrá su posición orientada a la derecha. Lo que resta definir es si su población elige reforzar esta postura de derecha, votando a Wilders, un nacionalista islamofóbico y anti Unión Europea, o si se mantiene en una postura más moderada, con Rutte al frente.
Las encuestas indican que la diferencia será muy menor para quien sea que gane. Lo que parece ir quedando claro, es que en caso de que gane Wilders la dificultad para formar gobierno sería mayúscula porque pocos espacios se animarán a apoyarlo para formar gobierno. Así las cosas, Rutte parece tener mejores chances, y Europa respirará más aliviada, ya que el triunfo de un candidato de extrema derecha puede ser el puntapié inicial de un proceso con consecuencias incalculables.
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