El presidente polaco, Andrzej Duda, finalmente le puso la firma a la polémica “Ley del Holocausto”, mediante la cual el Estado polaco podrá sancionar con hasta tres años de cárcel a toda persona que «públicamente, y contrariando los hechos» responsabilice al Estado y al pueblo polacos por los crímenes cometidos por el nazismo a mediados del siglo pasado.
Las reacciones de la comunidad internacional no tardaron en llegar. Estados Unidos, a través de Rex Tillerson, señaló que la ley podía afectar la libertad de expresión y la investigación académica sobre los episodios protagonizados por el Tercer Reich. Europa, en palabras de Donald Tusk, calificó la medida como “contraproducente”.
El Congreso polaco deberá validar la norma, y probablemente las críticas de los referentes más relevantes del mundo pesen sobre los legisladores al momento de ratificarla.