Y finalmente llegó. Lo que comenzó el pasado 23 de julio con el referéndum que determinó que la mayoría de la población de Reino Unido quería dejar la Unión Europea, hoy lo formalizó Theresa May firmando la carta para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
En un discurso ante el Parlamento, coordinado con el envío de una carta a Bruselas, May solicitó la salida de Reino Unido del bloque al que se sumó hace 44 años. Y dicha salida será en términos absolutos: May pidió salir del Mercado Común, para poder hacerse con el control de la inmigración y limitar la libertad de movimiento de personas.
Desde hoy se dispara un proceso que consistirá en meses de arduas negociaciones, en las que tanto Reino Unido como la Unión Europea buscarán definir su nueva relación con los mayores beneficios y los menores costos. Este proceso no estar exento de tensiones, ya que hay cuestiones sensibles sobre las que deberá tomarse una decisión, como por ejemplo qué sucederá con los derechos de los ciudadanos europeos que habitan hoy en Reino Unido.
El Brexit ha comenzado. En un máximo de dos años Reino Unido deberá quedar completamente fuera de la Unión Europea. Como dijo May ante el Parlamento, “ya no hay vuelta atrás”.
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