Para Malasia fue un asesinato generado con un spray tóxico. Para Corea del Norte, un ataque cardíaco. Lo único cierto es que Kim Jong-nam, hermano mayor del líder norcoreano, falleció camino al hospital luego de un incidente poco claro en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
La contradicción entre ambas tesis da lugar a una teoría que cada vez toma más fuerza y que molesta a Pyongyang: que el propio Kim Jong-un ordenó asesinar a su propio hermano. Este episodio ha desatado un conflicto sin precedentes entre ambos países, cuyo último capítulo muestra la negación recíproca de salida del país a ciudadanos del otro país, dispuesta por ambos gobiernos.
La situación agrega inestabilidad en el este asiático y sube el alerta sobre la amenaza que representa Kim Jong-un para la región.
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