Ambas naciones eligieron no salir de la Unión Europea, pero en la votación general no pudieron evitar la decisión de la mayoría de activar el Brexit. Sin embargo, continúan insistiendo en que quieren seguir siendo parte de la Unión Europea: amenazan con un referéndum independentista y aspiran, al menos, a forzar un Brexit blando.
Sin embargo, la líder británica, Theresa May, se encargó de dejar en claro que ambas naciones saldrán de la Unión Europea junto con Gales e Inglaterra y que el Reino Unido no se desintegrará, al tiempo que instó a ambas naciones a terminar con la idea independentista.
Un eventual desmembramiento a raíz del Brexit sería un golpe demoledor para el Reino Unido, con consecuencias varias veces más graves que la salida de la Unión Europea.